Cambias tú, cambio yo, cambian las redes sociales
Como todo, las redes sociales se han transformado, adaptándose a nuevos mercados, usuarios y novedosas plataformas.
¿Quién no recuerda cuando dedicaba sus tardes a elegir con emoción a su “Top 10” de amigos en Myspace?, ¿o cuando buscabas a un famoso en Hi5 con la esperanza de que se hiciera tu “amigo”?, siempre queriendo que sí fueran reales.
El tiempo pasó y sorpresivamente muchos de los que aprendimos a manejar las distintas redes sociales del momento, hoy trabajamos directamente con ellas.
Si nos pusiéramos a ver nuestras primeras publicaciones en Facebook nos encontraríamos el clásico y ya fuera de moda “Sutanito está:” ese maravilloso espacio donde hablabas de ti en tercera persona, que rápidamente evolucionaría al muy conocido “¿En qué estás pensando?” y “¿Qué estás haciendo?”. Este Facebook del que hablamos es muy distinto al imperio que es hoy; un Facebook que no tenía su famosa aplicación de mensajería Messenger, que ahora funciona como burbujas de chat, y donde la gente no tenía otra opción para comunicarse entre sí más que escribir directamente en sus muros, de forma pública. Una plataforma que si bien se creó con otros objetivos específicos ha sabido evolucionar con el paso del tiempo, adaptándose a las nuevas tendencias y tomando ventaja en nuevos espacios, logrando apoderarse de otros grandes como Instagram y Whatsapp.
Twitter es otro gran ejemplo de una red social que supo adaptarse al mercado. Inicialmente, era visto por la gente como un espacio que se dedicaba mucho más a la comunicación digital, pero eso sí: que logró cambiar la percepción de cómo debía ser la redacción web con su incomprendido límite de 140 caracteres. Los mismos usuarios fuimos protagonistas de este interesante cambio y direccionamiento de la plataforma en un espacio para el debate de ideas, que se enfoca hasta el día de hoy en tener una función más informativa, en vivo y con acceso inmediato. Hoy podemos decir, definitivamente, que Twitter marcó un antes y un después en la era de la información.
¿Y las marcas qué dicen?
La diferencia es muy clara: para empezar, en Facebook, pasamos primero por el proceso de ser “amigos” de las marcas, para después convertirnos en sus “fans”, y hasta llegar al “Me gusta esta página”. Durante todo este tiempo también han cambiado factores importantes, como el tono de la comunicación, la frecuencia de publicaciones y el tipo de contenido.
Marketing digital ≠ Publicidad tradicional
Cuando pensamos en los contenidos de un póster no hay mucho que inventar, no queda de otra que incluir toda la información necesaria en una misma hoja. Al principio, era común encontrar la misma publicidad que veíamos en la calle en redes sociales, pero con el tiempo las cosas cambiaron. Donde antes veíamos publicaciones kilométricas explicando a detalle cada imagen, producto o servicio, ahora podemos ver reflejado en su máximo expresión el muy conocido “menos es más”: fotografías atractivas que hablan por sí solas, que dejan al copy como un refuerzo, sin ser el que otorga la verdadera información, son diseños creados específicamente para nuevas plataformas.
En Twitter, la cosa se mantiene casi igual que en sus orígenes, con la única diferencia de que ahora podemos incluir imágenes, videos o gifs para complementar información de forma gráfica y, más recientemente, se anunció que este contenido adjunto no ocupará espacios adicionales del tweet. Ahora, nadie se queja de los 140 caracteres, de hecho, la mayoría de los usuarios de redes sociales se han acostumbrado a consumir contenido planteado de forma corta, clara y sencilla. ¿Lo positivo? La redacción web consiguió su propio estilo, conciso y directo. ¿Lo negativo? La mayoría de los usuarios han perdido con el paso del tiempo el interés por leer textos largos, mientras su capacidad de atención ha disminuido considerablemente.
Desde entonces, hemos visto una infinidad de plataformas que han tratado de ganarse un puesto en esta dura batalla. Muchas cayeron en el intento (Badoo, Ello, Metroflog, Foursquare, Orkut, Friendster, Tuenti), algunas siguen dando de qué hablar (Google+, Periscope, Tinder, Tumblr) y otras pocas lograron su cometido, entre ellas, Instagram y Snapchat. ¿Qué tienen en común estas dos redes? El protagonismo de las fotos (una tendencia que ha estado al alta en los últimos años) y la inmediatez del contenido, razones que pusieron a Twitter en el mapa.
El esfuerzo que todas las marcas han hecho para llamar la atención en redes sociales se afectó por el dinamismo y los constantes cambios que realizan las plataformas en aras de filtrar la inmensa cantidad de contenido que existe en la actualidad. Ahora el reto se encuentra en crear, curar y cuidar la comunicación en el momento y buscar cómo conectar con un target que ya conoce cómo funcionan las cosas. ¿La mejor opción? Ser sinceros, directos y tener una actitud y línea de comunicación que valga la pena leer.
Si algo hemos aprendido en estos últimos años es que no importa la plataforma ni su naturaleza, todas deben mantenerse en constante evolución para adaptarse a las nuevas tendencias del mercado. De lo contrario podrían ser, de un día para otro, la próxima en caer en el olvido, ¿y tu marca, qué dice?
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